El gobierno de Puerto Rico está en quiebra y ha llegado el momento de dejar de disimularlo y tomar acciones radicales para enfrentar la situación. Esa es la conclusión de la publicación especial “Puerto Rico en quiebra”, que El Nuevo Día distribuye durante su edición impresa de hoy.
La publicación especial, de 20 páginas, que se nutrió del insumo de diversos expertos, incluye un análisis sobre el monto real de la deuda de Puerto Rico, explica las dificultades que enfrentará el gobierno para cumplir con los pagos, establece cuáles son las consecuencias que a diario vive el país a raíz de este inmenso problema y plantea cuáles deben ser las rutas para superar el monumental desafío.
“Creemos que la clase política no ha hablado de esto con la claridad que amerita y, por lo tanto, el público desconoce la magnitud real del problema. Quisimos con esta publicación presentar el cuadro real de la situación del país para ayudar a que se tomen las decisiones que sean necesarias, aunque resulten incómodas”, dijo el subdirector de El Nuevo Día, Benjamín Torres Gotay.
En la publicación se plantea que el monto real de la deuda de Puerto Rico es de $167,460 millones, más del doble de los $72,000 millones de los que se había hablado hasta ahora. El monto real de la deuda se calcula tomando en cuenta, no solo el monto de las obligaciones del gobierno central y las corporaciones públicas, sino también los intereses, las insuficiencias de los sistemas de retiro y el déficit de la tarjeta de salud.
En este momento, el gobierno dedica cerca de $4,800 millones al año al pago de la deuda, pero esa cantidad, ya grande, seguirá aumentando en los próximos años, planteándole a la administración más dificultades de las que ya enfrenta para cumplir con los pagos y al mismo tiempo dar servicios.
En la publicación, se plantea por primera vez sin rodeos, la necesidad de que Puerto Rico intente renegociar la monumental deuda y se examinan los riesgos y complicaciones que plantea dicha alternativa. Igualmente, se plantea la necesidad de recapitalizar al Banco Gubernamental de Fomento (BGF), de reestructurar todas las operaciones del gobierno y de llevar a cabo una reforma contributiva que ayude a reactivar la economía.
Fuente El Nuevo Dia