2.- Si hacemos un análisis sereno de lo que ha sido, históricamente, el accionar político de las diferentes administraciones norteamericanas hacia América Latina y el Caribe, podemos comprender que la política actual de los Estado Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela, es la reedición de sus métodos y prácticas desestabilizadoras consuetudinarias.
3.- El derrocamiento mediante un golpe de Estado, diseñado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en Guatemala, en 1954, al gobierno popular y democrático de Jacobo Arbenz; la invasión a nuestro país el 28 de abril de 1965, para impedir el retorno al poder del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch; el golpe de Estado, en 1973, a Salvador Allende, en Chile; la desestabilización del gobierno sandinista, en Nicaragua, por medio de mercenarios guerrilleros de la Contra, dirigidos, adiestrados y financiados por la CIA, en el caso Oliver North y/o Irán-Contra; la invasión a Granada, en 1983, para sacar del poder a la Revolución Granadina y el asesinato de Mauricie Bishop; la invasión a Panamá, en 1989, para destruir la Guardia Nacional; el asedio permanente, aplicando todos los métodos y medios para eliminar la Revolución Cubana; y ahora la conspiración con ribetes internacionales para desplazar al gobierno presidido en Venezuela por Nicolás Maduro; todos estos hechos retratan de cuerpo entero lo que es la política norteamericana hacia los países latinoamericanos y caribeños.
4.- Las mujeres y los hombres sensatos de América Latina, el Caribe y el mundo, no podemos ignorar que el interés de la administración norteamericana hoy, al igual que las de ayer, es apoderarse del petróleo venezolano que ahora sirve para satisfacer, con el producto de su comercialización, necesidades materiales y espirituales de lo que en verdad se llama pueblo de Venezuela.
5.- La realidad práctica de la vida nos está diciendo que todos aquellos países del globo terráqueo que tienen petróleo en su subsuelo, están en la mirilla, son objetivos militares y económicos, de los grandes monopolios petroleros y armamentistas predominantes en la política norteamericana. En un futuro, igual objetivo serán aquellos países que tienen ríos con agua potable.
6.- En la República Bolivariana de Venezuela, el objetivo, el problema de los Estados Unidos, no es Nicolás Maduro, sino el petróleo venezolano; como en su oportunidad no fueron Sadam Husein, ni Muamar el Gadafi, sino el petróleo del pueblo de Irak y de Libia.
Santiago de los Caballeros,
28 de febrero de 2015.
Por: Ramón Antonio Veras
