Uno de los juicios más largos en un caso de descargas de canciones desde Internet (P2P) ha llegado a su fin en EEUU, después de más de cinco años celebrándose y alcanzando un total de tres sentencias. Ayer, tras sólo dos horas de deliberación, el jurado determinó que Jammie Thomas-Rasset debe pagar 62.500 dólares por cada una de las 24 canciones que se descargó de Internet, y que le costarán ahora 1,5 millones de dólares.
"Estamos de nuevo muy agradecidos al jurado por su servicio en esta caso, ya que han reconocido la gravedad de la conducta de la acusada", apuntó un portavoz de la Asociación de la Industria Discográfica de EEUU (RIAA) tras la sentencia. "Ahora, con tres decisiones del jurado que nos respaldan, junto con una clara afirmación de la responsabilidad de Thomas-Rasset, esperamos que ella finalmente acepte su culpa por sus acciones", añaden desde la RIAA.
La indemnización sigue siendo sorprendentemente alta, ya que la condenada se se hizo con un número de temas musicales equivalentes a dos discos de música convencionales. Pese a todo, esta última sentencia reduce en 400.000 dólares la indemnización solicitada en una sentencia anterior.
Para situar esta indemnización en un contexto histórico, hay que considerar una serie de sentencias anteriores en juicios contra el intercambio de archivos en EEUU. En 2007, Thomas-Rasset fue sentenciada a pagar 222.000 dólares de indemnización, 9.250 dólares por canción. Un año después, otra sentencia contra esta acusada, de 1.920.000 dólares, apuntaba a un valor por canción de 80.000. Además, en el caso contra Joel Tenenbaum en Massachusetts, el jurado pedía un total de 675.000 dólares de indemnización, un total de 22.500 dólares por cada canción.
Las cantidades fijadas en cada caso no parecen ajustarse a ninguna regla o normativa, ni a ningún informe concluyente que pueda valorar lo que cada canción descargada puede valer. En todos los casos, las cantidades fijadas parecen calculadas por diferentes fórmulas.
Además, según apuntan en diferentes medios de EEUU que se hacen eco de la noticia de esta última sentencia, los importes están muy por encima de los límites fijados por el juez Davis de Minnesota y la jueza Gertner en Massachusetts. El primero apuntó a que 2.250 dólares por canción es algo más que razonable, lo que significa que probablemente no admitirá una condena de pago superior a 54.000 dólares para Thomas-Rasset.
La enorme disparidad entre lo que los jueces y los jurados solicitan ha sido una pieza clave en estos casos y es el principal motivo que ha llevado a que el juicio se repita tras diferentes apelaciones. Una situación que parece va a volver a repetirse en esta ocasión.